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Dentro
del deporte del triatlón, el sector del ciclismo está considerado como
uno de los más espectaculares. En concreto el triatlón se
acerca al ciclismo competitivo en una de las especialidades más
prestigiosas hoy en día: la contrarreloj individual, o dependiendo del
tipo de reglamento, la carrera en línea pero sin trabajo de equipo
previamente acordado.
Otro aspecto atrayente de este sector es la
innovación en el material deportivo: las bicicletas con sus cuadros y
diseños de última generación, los complementos aerodinámicos, ruedas
especiales..., toda la tecnología más moderna del sector suele llegar
antes a las carreras de triatlón que a las de ciclismo.
Una
característica importante de este sector es que representa ser el que mayor
duración del tiempo de competición ocupa, lo cual hace que tenga una enorme
importancia de cara al resultado final de la prueba.
El
tipo de recorrido por el que se compite es especialmente variable, tanto
a nivel de calidad de pavimento, como, y especialmente, desde el punto de vista
orográfico (cuestas, puertos, descensos o llanos), esto hace que las
previsiones del entrenamiento deben ser lo suficientemente diversas como para
garantizar buen rendimiento tanto, ante situaciones de grandes subidas como en
recorridos globalmente llanos.
Como
se ha indicado anteriormente, es el sector en el que mayor
velocidad media y máxima alcanza el
triatleta en toda la carrera, lo cual trae algunas consecuencias a nivel táctico
(polémico «drafting» -chupar rueda-), de riesgo (no puedes permitirte el lujo
de perder tiempo en bajadas, curvas o con el suelo mojado) y de mayor influencia
negativa de los problemas que puedan surgir (pinchazos, calambres, errores en el
recorrido, etc.).
Por
último puede señalarse que se trata de la parte de la carrera donde más oportunidad y facilidad tiene el triatleta para alimentarse y
rehidratarse, sin que estas acciones supongan pérdida de tiempo. Gracias a
la utilización de bidones, barritas energéticas y demás opciones, el corredor
puede ir reabasteciéndose durante casi todo el recorrido ciclista, lo cual hace
que este aspecto sea previsto y planificado de antemano.
Tu
meta, durante la prueba ciclista de cualquier triatlón, debería ser bastante
obvia: cubrir terreno lo más rápidamente posible y todavía tener algunas
fuerzas reservadas para completar la carrera a pie. Ahí está el dilema. Si
gastas demasiadas energías durante el segmento de ciclismo, los dos minutos que
ganas en éste, te pueden costar cinco durante la carrera a pie. Por otro lado,
incluso un ciclismo moderadamente duro afectará tu tiempo en la carrera a pie,
de modo que ¿por qué no ganar el máximo tiempo posible en la bicicleta? Tu técnica
sobre la bicicleta desempeñará un papel importante para conseguir la máxima
velocidad tanto en la parte de ciclismo como en la pedestre, y con esto se
resuelve el dilema, ya que con una buena técnica ahorras energía fundamental
para el último segmento.
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Bibliografía: Manual Técnico
de Triatlón. (FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE TRIATLÓN).
Editorial GYMOS
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